jueves, 29 de mayo de 2008

Alrededor de Juan Muñoz

Muñoz me lleva, casi de manera inconsciente a otros de nombre grandes y desigualmente conocidos: Magritte y Madoz. A este último pertenece esta escalera que va (o viene del otro lado). No sé por qué, el francés y el español, cada uno en su época consiguer sintonizar con el juego, entre humorístico y filosófico de los objetos y del espacio. Mitad juego, mitad pregunta.Poco artistas consiguen, como estos tres, hacer preguntas a través de sus obras. Y eso hace que se me erice el vello de la nuca. Ojalá este apunte lleve a muchos curiosos a penetrar en ese otro mundo al que se accede a través de la escalera de Madoz, del espejo de Magritte o del pasamanos de Muñoz. Un pellizco de vida. Jöel.

Los guiños de Juan Muñoz


Abro de nuevo este cuaderno de apuntes al natural para recomendar, primero, la exposición que el Museo Guggenheim ha inaugurado este pasado martes (27 de mayo). La segunda planta se dedica en cuerpo y alma a albergar y dar sentido a lo mejor de la obra del artista madrileño, fallecido en 2001, Juan Muñoz.
Podríamos hablar acerca de sus postulados, de la carga ideológica que tienen sus hombres, sus enanos y sus pasamanos...pero lo mejor para entender todo eso es caminar por entre sus esculturas y ser ermeable a la emoción. Porque eso sí, Juan Muñoz emociona y provoca, para bien o para mal.Y eso merece la pena experimentarlo.