jueves, 29 de mayo de 2008

Alrededor de Juan Muñoz

Muñoz me lleva, casi de manera inconsciente a otros de nombre grandes y desigualmente conocidos: Magritte y Madoz. A este último pertenece esta escalera que va (o viene del otro lado). No sé por qué, el francés y el español, cada uno en su época consiguer sintonizar con el juego, entre humorístico y filosófico de los objetos y del espacio. Mitad juego, mitad pregunta.Poco artistas consiguen, como estos tres, hacer preguntas a través de sus obras. Y eso hace que se me erice el vello de la nuca. Ojalá este apunte lleve a muchos curiosos a penetrar en ese otro mundo al que se accede a través de la escalera de Madoz, del espejo de Magritte o del pasamanos de Muñoz. Un pellizco de vida. Jöel.

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