
Partiendo de la idea de la búsqueda de consuelo y orientación en esos referentes universales que son los libros santos o los lugares de culto y meditación, Hui-Chu Ying formula una particular síntesis visual de las tradiciones religiosas, estéticas y culturales de Oriente y Occidente.
Mediante diversas técnicas de reproducción sobre papel, reproduce con afortunada simplicidad la atmósfera aurática del arte religioso tradicional occidental en un gran mural dorado que recuerda la función iluminadora de los antiguos retablos góticos. Sobre este conjunto, aparecen serigrafiados textos originales extraídos de diversos libros religiosos (hebreos de la Torah, chinos de sutras budistas y españoles de la Biblia) y los contornos de una composición que evoca la imagen de un jardín zen japonés. Una instalación con barcas colgantes de papel grabado con manos que aportan ayuda y un mural donde insertar mensajes personales a cambio de un fragmento firmado por la artista, enfatizan la importancia del individuo y de esa plegaria común que abriga el germen de la paz. Una visión interesante sobre el uso de las experiencias amargas y desoladoras como vehículo para conseguir paz. Saludos serigrafiados. Jöel.

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