lunes, 12 de marzo de 2012

DIÁLOGOS Y TALENTOS

La definición de Escritor encierra una paradoja en sí misma. Pocas labores hay tan individuales y personales que escribir. Sin embargo, el escritor se completa, inevitablemente, justo en el momento en que es leído. Nunca antes. No digo ya reconocido, que eso, creo, corresponde al nivel de vanidad que tenga cada uno.
Las nuevas tecnologías han hecho que ese diálogo Escritor-Lector sea más fluido que nunca. Tan fluido que se está escurriendo entre las manos de los conductores más tradicionales de ese diálogo. No saben cómo potenciar ese flujo sin perder influencia propia.
Y en este estado de cosas, el talento deambula triste y famélico. Entre peleas de derechos, plataformas y distribuidores nos preocupamos cada vez menos de abonar imaginaciones, cerebros y espíritus para que lo que se tiene que compartir se desee compartir, sea cual sea la plataforma. Volvemos a mirar el dedo de quien señala la luna.

Esta reflexión la ha publicado Beatriz Celaya en LA TRASTIENDA DE BIOGRAFIAS PERSONALES.

1 comentario:

EsSa dijo...

Yo creo que aunque todo el mundo puede escribir (y más hoy en día con la interactuación y rapidez que permiten las redes sociales) no todo el mundo sabe hacerlo bien. Entiéndase bien como otorgar la categoría de escritor, redactor, periodista...
Esto no es nuevo. La escritura pocas veces ha sido considerada como algo dificil de ejecutar. Y no hay nada más fácil que leer un texto y juzgarlo. Pero ahí entran muchos otros factores, como el simple hecho de pensar lo mismo que ha escrito el "escritor" del texto. Volvemos a lo mismo. Estar deacuerdo en algo tampoco siginifica que ese texto sea bueno o que el que lo ha escrito tenga talento.
Tema interesante, pero lamentablemente le veo dificil solución...