sábado, 28 de marzo de 2009

Apuntes de un hombre solo


Pues eso. Que uno deja aparcado el blog durante un tiempo y cuando lo retoma, resulta que se ha quedado solo. Ni más ni menos. O lo han dejado solo, mejor dicho, recogiendo los añicos de su fatigado corazón. De ahí viene esta nueva sección. Reflejos de un single recién nombrado por sorpresa.
Y la primera impresión en este dietario caótico y virtual sobre esta nueva realidad es positiva. El sábado fui al cine solo, solo, por primera vez y gracias a eso tuve la oportunidad de llorar frente a la pantalla después de varios años.
La película empezaba a las 19:30. Uno aparca lejos y llega a la cola de la taquilla a falta de diez minutos y reconoce que es imposible que se siente a tiempo, incluso que ni se siente en una butaca. Hasta que aparece por entre la gente de la cola una pareja de señoras muy solícitas que ofrecen una entrada para la película en cuestión (al parecer se habían equivocado al sacarlas de un cajero). Toda una cabriola del Destino para que un servidor, aún dolorido por los roces de la vida, pudiera disfrutar de una lloriquera como Dios manda. Gracias a quien corresponda.

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